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Por qué las mejores ideas surgen a veces cuando se deja de pensar

A menudo, las soluciones más creativas no emergen frente a una pantalla, ni en medio del esfuerzo intelectual sostenido. Surgen bajo la ducha, durante una caminata, al mirar por la ventana o al repetir tareas mecánicas. Este fenómeno, habitual en la vida cotidiana, encuentra sustento tanto en el psicoanálisis como en las neurociencias contemporáneas, que reconocen el valor de los estados mentales de atención relajada, o de desfijación, como condiciones propicias para que lo nuevo irrumpa.
La metáfora del emperador y el collar perdido
En una conversación con Infobae, la psicoanalista Diana Litvinoff, miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), retomó una escena relatada por Freud para ilustrar este mecanismo: “Un emperador chino había perdido un collar de perlas. Mandó a sus manos a buscarlas y no las encontró. Mandó a sus sentidos y tampoco. Solo cuando mandó a su ‘no buscar’ pudo encontrarlas”.
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Según Litvinoff, esta imagen expresa cómo el pensamiento racional puede excluir dimensiones significativas del psiquismo. “Nuestro pensamiento racional deja de lado otros aspectos que son importantes, como por ejemplo los afectos”. En esa línea, advirtió que la insistencia puede ser un obstáculo: “El insistir fuertemente en vencer una dificultad no siempre es la mejor manera de resolverla. A veces hay que tener paciencia, buscar el camino opuesto para llegar a donde se quiere”.
El psiquiatra Diego López de Gomara sostuvo que la atención y la concentración no son condiciones suficientes para producir una solución ni una creación original: “Operan como umbrales necesarios para que algo del orden de lo inconsciente se despliegue”, señaló en diálogo con Infobae. Y precisó que no se trata únicamente de “enfocarse en algo, sino de quedar abierto a lo que no se esperaba”.
Desde esta perspectiva, la concentración creativa no responde a una lógica de esfuerzo voluntarista: “La concentración no es tensión voluntarista sino una forma de espera activa, donde puede irrumpir lo nuevo, lo no sabido”. Crear, según el especialista, es una forma de hospitalidad psíquica, más cercana a la disponibilidad que al control.
Lo que descubrió la neurociencia japonesa
Una investigación reciente realizada por la Universidad de Tokio —publicada en Communications Psycology y liderada por Chao et al. (2025)— aporta evidencia experimental a estas observaciones clínicas. En el estudio, los participantes debían resolver acertijos que requerían un cambio de perspectiva. Los que lograban hacerlo con mayor eficacia no eran quienes mantenían una atención fija, sino quienes accedían a un estado que los autores definieron como “exploración a larga distancia”.
“La desfijación no se trata de darse por vencido o tirar la toalla. Se trata de darle a tu cerebro el espacio para tomar una vista panorámica y hacer conexiones inesperadas entre conceptos dispares”, señalaron los autores. El proceso creativo, en esos casos, se vinculó con la activación de la red de modo predeterminado del cerebro (RMP), una red asociada con la ensoñación, el pensamiento divergente y la creatividad.
Movimiento rítmico y desbloqueo mental
López de Gomara también subrayó el valor de las actividades físicas rítmicas como desencadenantes del pensamiento creativo. “Nietzsche, Freud, eran grandes caminantes. Actividades físicas rítmicas pueden funcionar como formas de aflojamiento psíquico”, explicó. Según su análisis, el cuerpo en movimiento genera un vaivén que afecta al pensamiento: “Lo saca de su rigidez, lo deja divagar”.
“Desde el psicoanálisis diríamos que el lenguaje interno se vuelve menos controlado, más propenso a que lo inconsciente diga lo suyo”, agregó. Para el especialista, ese estado intermedio entre la atención y la distracción es fértil: “El ritmo tiene algo de hipnótico, no estamos ni enfocados ni distraídos. Y es justamente en ese entre donde muchas veces emergen las ideas más genuinas”.
Cuando enfocarse demasiado impide crear
En determinadas situaciones, la hiperconcentración puede convertirse en un obstáculo. “Un foco extremo donde excluimos lo periférico puede ser útil para ciertas tareas mecánicas o analíticas, pero suele ser un obstáculo para la creación”, advirtió López de Gomara. Y sumó: “Crear, en el fondo, implica permitir lo inesperado. No matar lo azaroso”.
El especialista retomó una idea central del pensamiento lacaniano: “Lacan nos decía que el inconsciente es lo que se escapa al control del yo. Y cuando el yo está demasiado ocupado en ‘hacer foco’, lo inconsciente no tiene por dónde filtrarse. La creatividad es una forma de desvío”.
Etapas mentales y flexibilidad cognitiva
El psicólogo Martín Etchevers, profesor de la Facultad de Psicología de la UBA y secretario de Investigación de esa institución, destacó a Infobae la importancia de alternar entre distintos modos atencionales: “En un momento se requiere una más difusa y flexible y en otra fase se requiere que intervengan más fuertemente las funciones ejecutivas, con una concentración sostenida y procesos cognitivos mucho más focalizados”.
Según explicó, durante las fases más laxas se relajan los filtros cognitivos que suelen descartar lo irrelevante. “En esos momentos pueden surgir ideas útiles o novedosas” y también los llamados insights, asociados a una “mayor flexibilidad o menor rigidez o más plasticidad”, sostuvo.
Etchevers remarcó que el modelo de cultura de la productividad, centrado en la eficiencia, suele ignorar la importancia del ocio: “Obedece a principios más estrictos, no considera al aparente ocio como importante ni a los espacios de relajación”.
Sin embargo, reconoció que muchas compañías ya comprenden que “la actividad física, el ocio, los juegos orientados contribuyen al igual que el esfuerzo consciente y orientado en la resolución de problemas”.
Entre lo enfocado y lo difuso, la mente trabaja por caminos paralelos. La lógica del rendimiento inmediato exige concentración, pero la invención se abre paso por atajos menos visibles: pausas, distracciones, movimientos repetitivos, desvíos afectivos. En ese entramado que no obedece al control, las ideas se filtran sin anunciarse. A veces, dejar de buscar es el único modo de encontrar.
Fuente: Infobae
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