Mató a su novio, fue condenada y ahora la acusan de atacar a su marido

Julieta Silva, una mujer argentina que en 2017 recibió una condena por el asesinato de su novio de entonces ahora enfrenta un nuevo proceso judicial por presuntamente haberle causado lesiones leves a su esposo, Lucas Giménez, reporta La Nación.

El pasado 12 de julio, Giménez denunció a Silva por violencia de género. El hombre llamó a los servicios de emergencia desde el baño de la residencia común, donde se refugiaba tras presuntamente haber sido víctima de un ataque por parte de la mujer. Los agentes que se apersonaron en la vivienda, lo encontraron con el rostro hinchado y una escoriación.

La Fiscalía investigó el hecho e imputó a la mujer por «lesiones agravadas por el vínculo», precisa TN. Asimismo, un juez le dictó una medida de arresto domiciliario, a lo que se sumó una prohibición de acercarse a Giménez, con quien comparte a un hijo de un año. Ella respondió con otra denuncia por violencia de género.

Un novio muerto

No es la primera vez que Silva, oriunda de la provincia de Mendoza, se ve involucrada en un caso de agresión contra su compañero sentimental. En 2017 fue sentenciada por haberle causado la muerte a su pareja de entonces, el jugador de rugby Genero Fortunato.

De acuerdo con la reconstrucción de los hechos, la noche del 9 de septiembre, la pareja sostuvo una acalorada discusión al interior de una discoteca. Cuando salieron del local, ella abordó su vehículo y atropelló a Fortunato, quien estaba parado en la calle y murió a consecuencia de las heridas.

En el juicio, la acusación y la familia de la víctima afirmaron que se trató de una acción intencional y pidieron para ella una pena de 14 años de cárcel, mientras que la defensa insistió en que Silva no vio a su novio porque era una noche lluviosa, había ingerido alcohol y estaba nerviosa por la disputa.

Finalmente, fue condenada a tres años y medio de prisión domiciliaria tras haber sido hallada culpable de homicidio culposo, un cargo en el que queda excluida la intencionalidad de arrebatar la vida. Además, se le benefició con la reclusión dentro de su hogar porque para la época estaba criando a dos menores. La decisión no estuvo exenta de críticas.

Silva rehizo su vida al lado de Giménez, con quien contrajo nupcias y su nombre volvió a acaparar titulares tras la denuncia que este le interpusiera por violencia de género. «No pasó más que una discusión, pero mi nombre pesa. Solo eso voy a decir», se defendió ella ante los medios.

«A mí lo que me sorprende de esto es que los únicos que no vieron intención [en el homicidio de su hijo] fueron los jueces, porque todo el resto veíamos intención. Y esto [la nueva denuncia] de alguna manera lo confirma», opinó por su lado Miguel Ángel Fortunato, padre de Genaro.

Fuente: RT