Pensó que el hormigueo en su mejilla era por estrés, pero resultó con un terrible diagnóstico

Nicola Shaw, una profesora británica de 38 años, nunca imaginó que un leve hormigueo en su mejilla izquierda sería la primera señal de un diagnóstico que cambiaría su vida.

Tras regresar de un viaje a la Antártida, empezó a notar esta extraña sensación, que atribuyó inicialmente al estrés. Sin embargo, con el tiempo, el malestar se extendió a su nariz, ojo y cabeza, generando episodios de dolor tan intensos que en ocasiones la dejaban inmovilizada. “Era tan intenso que me paraba en seco, dejándome desplomada, agarrándome la cabeza con agonía”, relató a New York Post.

Un diagnóstico inesperado

Por recomendación de un amigo, Nicola decidió consultar a un médico, quien la remitió a un neurólogo. A pesar de considerar que la reacción era exagerada, accedió a realizarse una resonancia magnética en un hospital privado de Chicago.

“Dudé, pensando que era innecesaria y exagerada. Al final cedí, sin esperar lo que me esperaba”, recordó. El escáner reveló la presencia de un meningioma en una zona delicada, cerca del tronco encefálico y del nervio óptico izquierdo. La noticia la tomó por sorpresa. “Me negué e insistí en que se habían equivocado de persona, pero la verdad era evidente en los escáneres”, indicó.

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Ante la gravedad del caso, los especialistas recomendaron una cirugía. Para su fortuna, el padre de uno de sus alumnos era neurocirujano en el hospital donde la habían remitido y la ayudó a agilizar el proceso. “Me explicó que mi tumor era un nueve sobre diez en cuanto a dificultad para extirparlo, y que solo el 2 por ciento de los casos se encuentran en esta localización”, explicó Nicola.

Fuente: El Tiempo

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