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Venezolano abusó sexualmente de un menor, le tomó varias fotos y lo tenía amenazado en Argentina

Asustado por las demandas del violador, el adolescente confesó todo a sus padres, quienes recurrieron a la policía para su detención. Por este hecho, el acusado, de 36 años y con estudios universitarios, fue condenado a 4 años de prisión efectiva.

José Manuel Urbaneja Bermúdez, un venezolano nacido en Maturín, una cálida ciudad ubicada en la región nororiental, capital de Monagas, llegó a Salta en busca de revertir la difícil situación económica reinante en su país, aunque no buscó hacerlo por medio del trabajo, sino mediante actividades delictivas.

Por esta razón, y tras caer detenido por el abuso sexual cometido en perjuicio de un menor de esta ciudad, el juez de la Sala IV del Tribunal de Juicio, Maximiliano Troyano, lo condenó a cuatro años de prisión en el penal de Villa Las Rosas.

Según lo averiguado por el medio Infórmate Salta, Urbaneja Bermúdez, de 36 años, fue detenido el 8 de marzo del 2020, días antes de la declaración de pandemia por el COVID-19. Su captura se produjo en inmediaciones del Estadio Delmi, en la zona oeste, donde esperaba encontrarse con un chico de 18 años (era menor al momento de los hechos, ocurridos en el 2020), a quien había violado el día anterior en una cita gay, la cual fue gestada por el adolescente a través de un sitio de contactos de personas homosexuales.

El menor acordó el encuentro con el venezolano en la casa de unos familiares, la cual iba a estar vacía. Al presentarse en el domicilio, Urbaneja Bermúdez tomó la iniciativa rápidamente y obligó al adolescente a que le practique sexo oral, circunstancias en la que le tomó varias fotos con su teléfono celular.

Posteriormente, mientras manipulaba una pequeña trincheta y hacía ademanes de rebanarle el cuello, lo violó en reiteradas ocasiones en distintas habitaciones del inmueble, dejando en un cesto de basura de la vivienda, restos de papeles con muestras de sus fluidos genitales, evidencia que luego pudo ser recuperada.

Luego de los abusos, el acusado lo amenazó con mostrarles las fotos a su familia y que, a cambio de ello, debía hacer todo lo que le ordenara, incluso faltar al colegio si es que así se lo pedía. De esta manera, y con una sucesión de mensajes en el mismo tono, Urbaneja Bermúdez tenía sometido a su antojo al adolescente.

Emboscado

Al caer la noche, el extranjero comenzó a enviarle varios mensajes con una serie de mandados que debía cumplir, situación que asustó aún más al menor, quien acudió a su madre y le confesó todo lo que había sucedido con la cita gay que había concertado.

Atemorizados, los padres radicaron al día siguiente la denuncia del caso, lo que posibilitó la intervención de la policía local, la cual sugirió que el menor le siguiera la corriente y coordinara un encuentro en inmediaciones del predio polideportivo.

Así fue como, al presentarse en el lugar pactado, un grupo de policías redujo y detuvo a Urbaneja Bermúdez, a quien le secuestraron la trincheta usada para amedrentar al menor, como así también su teléfono celular, para luego recuperar las pruebas de la casa de unos tíos de la víctima, donde ocurrieron los abusos.

Con todas estas evidencias, el venezolano fue imputado por el delito de corrupción de menores, hecho por el cual fue finalmente confinado en la Unidad Carcelaria 1, donde pasará privado de su libertad por cuatro años.

Fuente: Infórmate Salta