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Mafias dedicadas a la venta ilegal de gasolina están detrás de la tragedia de Naricual

El robo de gasolina a través de perforaciones a poliductos se está convirtiendo en una práctica frecuente y peligrosísima en el estado Anzoátegui. Se trata de un nuevo delito de mafias delictivas dedicadas a vender combustible de forma ilícita.

“Es complicado. Estamos hablando de combustible, algo muy delicado en el que tenemos que hacer vigilancia. No esperemos que sucedan las cosas para hacerlo. Esto ya se había denunciado”, dijo Oscar Guaricuto, habitante de Naricual en Barcelona, respecto a las tomas ilícitas de combustible en la zona.

La noche del pasado martes 11 de enero dejará una huella imborrable en la memoria de los residentes de la zona rural de Naricual, ubicada en el municipio Simón Bolívar del estado Anzoátegui. El silencio del atardecer se interrumpió por un estruendo, seguido de un haz de luz y posteriormente llamas cuyo resplandor podía ser divisado a lo lejos desde otras partes de la zona norte de la entidad.

“Explotó la tubería. Pensábamos lo peor. Todo el mundo corría de aquí para allá, buscábamos el río, alejarnos, alejarnos de la candela”, recuerda Francisco Marcano, habitante de la zona, quien asegura que “hay dos tomas ilegales de donde sacan gasolina o lo que sea, pero debe haber muchísimas más hacia el monte”.

Más de veinticuatro horas, luego de la explosión del oleoducto en Naricual, se mantuvo el despliegue de bomberos, funcionarios de Protección Civil y PDVSA para mitigar el incendio. Se conoció que luego del cierre de las válvulas de seguridad, el remanente de combustible en las tuberías mantiene la zona caliente, pero con bajo riesgo para los habitantes de la zona.

El hecho cobró una vida: Eduardo Urrieta, de 28 años de edad y mecánico de profesión, quien quedó atrapado por las llamas tras la primera explosión, cuando transitaba con su automóvil cerca del lugar del hecho. Sufrió quemaduras de segundo y tercer grado en el 60% de su cuerpo.

La tragedia de Naricual ha podido ser peor, pero como la explosión ocurrió en una zona despoblada, no hubo otros lesionados ni fallecidos, según los reportes oficiales.

Investigación a fondo

El mismo día del hecho, el gobernador de Anzoátegui, Luis José Marcano, denunció mediante redes sociales que la explosión “se presume que fue a consecuencia de intentos de perforación de la tubería”, versión que completó el gobierno venezolano con el argumento del “sabotaje”.

Es así como la Comisión Presidencial Alí Rodríguez Araque de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) denunció, mediante comunicado, que la explosión fue originada por un “nuevo sabotaje criminal, por parte de sectores oposicionistas y extremistas”, con la intención de interrumpir las operaciones asociadas a la industria petrolera en la entidad.

Sin embargo, para algunos como el abogado y defensor de los derechos humanos en Anzoátegui, José Santoyo, esa versión carece de credibilidad y exige una investigación para evitar que ocurra otra tragedia con mayores consecuencias. “Que el Consejo Legislativo del Estado Anzoátegui inicie una investigación exhaustiva sobre estas tomas ilegales. Hasta cuándo el cuento del sabotaje. Dónde está la Zona Operativa de Defensa Integral (ZODI) y la Región Estratégica de Defensa Integral (REDI). No podemos esperar que más inocentes mueran por tal irresponsabilidad”.

Tuberías del delito

Un siniestro similar al de Naricual ocurrió en julio de 2021, cuando Leuman Zapata, atleta de Halcones de Anaco, de 24 años de edad, fue víctima de una explosión por derrame de petróleo en la vía El Tigre-Cantaura, la cual dejó a otras personas heridas.

No existen cifras oficiales sobre el número de tomas ilegales en los poliductos de Anzoátegui. Algunas comunidades cercanas a estas infraestructuras denuncian cuando se percatan de alguna irregularidad, pero en zonas menos pobladas sería casi imposible contabilizarlas.

El secretario de la Federación Unitaria de Trabajadores Petroleros de Venezuela (Futpv), José Bodas, asegura que “es lamentable que, además de que Pdvsa se cae a pedazos por falta de inversión, los chatarreros estén destrozando los poliductos y gasoductos, causando derrames de petróleo, fugas de gas y muertes”.

Bodas sostiene que “los ataques a los ductos de combustible se registran prácticamente a diario, por parte de la misma ciudadanía que busca ganar dinero vendiendo las piezas metálicas como chatarra y que, además, revende el combustible que logra sustraer”. En su experiencia asume que fue lo que ocurrió en la tubería de la carretera nacional de Naricual.

Según la información que maneja José Santoyo “existen más de cinco perforaciones en tuberías de Pdvsa que atraviesan la zona capitalina, y estas son utilizadas para la extracción ilegal de combustible”.

Para el abogado es indispensable la instalación de puntos de control, patrullajes y monitoreo constante en las zonas de seguridad petrolera, que impidan estas peligrosas perforaciones. “Hemos recibido información de que funcionarios policiales y castrenses custodian algunas de estas tomas ilegales y también se benefician. Es una mafia que se acentúa cuando se registra escasez de combustible. ¿Dónde está la Comisión de Política Interior de Derechos Humanos y Ordenamiento Territorial del Consejo Legislativo de Anzoátegui?”, se preguntó.

Robo de norte a sur

Las tomas ilegales de combustible continuamente son detectadas en el Poliducto tramo San Tomé- Puerto Ordaz, situación que supuestamente ha obligado al personal de Pdvsa a bloquear el bombeo del carburante hacia el estado Bolívar.

Así lo informaron de manera extraoficial fuentes ligadas a la industria petrolera, quienes detallaron que durante recorridos y patrullajes que realizaron junto a efectivos del Comando de Zona Especial número 81 de la Guardia Nacional Bolivariana, hallaron calicatas abiertas presuntamente con la intención de efectuar tomas clandestinas.

Trascendió que los trabajadores petroleros y los guardias detectaron la mayoría de las extracciones ilegales en los sectores de Coloradito, Morichal y Mamo. Se supo que ante este tipo de eventos, actualmente el poliducto tramo San Tomé-Puerto Ordaz se encuentra empacado con agua.

Esta situación ha limitado considerablemente el bombeo de combustible al estado Bolívar, donde se registran largas colas de vehículos en las estaciones de servicio, pues el combustible es llevado a través de cisternas.

Los derrames y fugas son recurrentes en Anzoátegui, según los trabajadores de Pdvsa, aunque algunas por fortuna sin víctimas humanas, pero con grandes daños ecológicos, lo que refleja una industria petrolera en decadencia.

Fuente: La Patilla