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La trágica historia de una migrante venezolana que perdió a sus hijos en un incendio en Colombia

Yosimar María Aguín Peraza decidió venirse para Cúcuta buscando una mejor calidad de vida para ella y sus tres hijos, Yofran Jesús Castillo Aguín, de 4 años; Yoscar Andrés Díaz Aguín, de 2, y Yeferson Josué Díaz Aguín, de 11 meses de nacido.

Por eso, a mediados de agosto de este año, la joven, de 22 años, agarró lo poco que tenía en su natal Acarigua, estado Portuguesa (Venezuela), y emprendió la dura travesía para llegar a la capital de Norte de Santander, en compañía de sus hijos y otros familiares.
Luego de pedirles a varios camioneros que les dieran un aventón y de caminar varios kilómetros, la familia de Yosimar María arribó a la frontera con Colombia, el 17 de agosto.

Ahí comenzaron a soñar con que su situación económica cambiaría para bien y que sacaría adelante a sus tres pequeños, por eso, rápidamente buscó donde establecerse, encontrando una vivienda en la calle 22 entre avenidas 9 y 10, del barrio Once de Noviembre, de Los Patios.

Una vez consiguió un sitio donde quedarse con sus hijos y con su mamá, Yosimar Aguín salió a buscar cómo ganar dinero y así empezó a vender pasteles en el centro de Cúcuta. Cuando ya tenía todo organizado, se enteró que estaba embarazada, por lo que las jornadas de trabajo fueron más intensas.

Ella salía diariamente a trabajar en el puesto informal de venta de pasteles que tenía en la zona céntrica de Cúcuta, ganándose lo del sustento diario. Sus tres pequeños siempre quedaban bajo el cuidado de la abuela.

De la alegría a la tragedia

El martes, la vida de esta familia migrante cambió en un abrir y cerrar de ojos. Un incendio acabó con las ilusiones de Yosimar Aguín y sus seres queridos. Yofran Jesús, Yoscar Andrés y Yeferson Josúe murieron, tras la conflagración que se dio a las 9:40 de la mañana.

En los corazones de la joven mamá, las tías y los abuelos hay un dolor inmenso.

Las lágrimas, el temblor en las manos y los nervios dificultan que una de las tías de los pequeños hable, así está el resto de familia.

Ayer, en la mañana, mientras esperaba afuera del Hospital Universitario Erasmo Meoz, para ingresar unos pañales para su mamá –la abuela materna de los niños-, que se quemó la cara y las manos, rescatando a sus nietos, sacó fuerzas y le contó a La Opinión la triste situación por la que están pasando.

Fuente:  La Opinión