La misteriosa desaparición del piloto colombiano en islas del Caribe
Guillermo Cortés Núñez, a sus 23 años, es piloto comercial y además especialista en fumigación aérea agrícola. Llevaba varios meses buscando trabajo en Colombia, pero al igual que muchos, sin resultados positivos. La angustia que genera el estar desempleado y con la presión de no dejar de volar –para un piloto agrícola exigen más de 570 horas para la certificaciones y seguros– generó que él buscara oportunidades en el exterior, pese a que, en Santa Marta, su familia le brindaba apoyo económico.
El 5 de abril de 2022 en contra de la voluntad de sus padres decidió irse a Curazao. Primero hizo paradas en Barranquilla y Bogotá, y en llamada telefónica le manifestó a Martha Núñez, su madre, que se reunió con otros colegas convocados para presentar pruebas a empresas aéreas que operan con vuelos privados en islas del Caribe.
En conversación con SEMANA, Ómar Cortés –padre de Guillermo– indicó que el joven le envió una fotografía en la que se ve en una capacitación junto con otros pilotos y de fondo se alcanza a observar un pendón en el que se lee “Falki Aviatión Curazao”. Es la única pista a la que se aferran, pues desde el 10 de junio no volvieron a saber de Guillermo. En medio de la reunión que se realizó y el tiempo de la desaparición Guillermo envió fotos y videos volando, lo que indicaba que sí estaba trabajando; incluso envió imágenes de hangares, pero sin referencia de en dónde quedaban.
Él nunca fue claro si ellos lo contrataron o no, solo les manifestó que estaba trabajando para una persona que tenía aviones y hacía vuelos privados a islas como Bonaire y otras cercanas. “Yo creía que él no daba mucha información porque está en una etapa de rebeldía”, manifestó el padre. En el último mensaje que envió a WhatsApp escribió: “Cuchos, no se preocupen que voy a salir a volar, les hablo cuando regrese”. Pero 46 días después aún esperan una señal de vida.
“Las noches son horribles, llevamos buscado respuestas y nada”, dice su mamá. Por su parte, Ómar ha hecho todo lo posible para que las cancillerías lo escuchen y le den contestaciones más allá de las diplomáticas, necesita resultados; hasta el momento no han reportado de ninguna de las islas un accidente aéreo, por lo que piensa se puede tratar de una desaparición forzada, pues después de más de un mes sin que alguien los contactara empiezan a descartar un secuestro extorsivo.
Indican que en Colombia denunciaron, pero hasta el momento no han asignado fiscal, la Interpol tampoco se ha contactado para pedir datos y arrancar las investigaciones. Martha permanece en el cuarto del joven con el corazón deshecho. “Estoy esperándolo en el nombre de Jesús que aparezca”, dice mientras ahogada en llanto contempla un retrato del piloto.
Ómar dijo que se contactó con la empresa que aparece en el cartel de la foto, y allí aseguran que no lo conocen ni tienen registro de él. “No puede ser que no sepan nada”, exclama. Temen que el joven hubiese sido engañado por una red criminal, pues al parecer no es el primer caso que se presenta similar a este. Otros pilotos en Colombia han sido reportados como desaparecidos en el último año, que al igual que Guillermo viajaron en búsqueda de una oportunidad laboral en las islas del Caribe. El llamado es para que las autoridades en realidad hagan todo el esfuerzo posible para resolver el misterio que tiene sumergidos en la angustia a sus familiares.
Fuente: semana.com