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La insólita historia de estudiante de medicina que descubrió que tenía cáncer en plena clase

El caso de la estudiante de medicina Gabriella Barboza se ha hecho famoso gracias a la curiosa forma en la que se enteró que padecía un extraño tipo de cáncer.

La joven de 22 años, quien reside en São Paulo, Brasil, se encontraba como cualquier otro día tomando una de sus clases, esa vez sobre la forma correcta de tomar exámenes físicos en la zona de la cabeza y el cuello a los pacientes.

Cuando fue su turno y tuvo que pasar al frente para que su profesor, Daniel Lichtenthaler, ejemplificara la forma correcta de examinar el cuello con ella como modelo, la joven solo pensaba en aprender la técnica que su maestro le enseñaría para palpar la tiroides.

Sin embargo, en medio de la práctica Barboza notó que la reacción del hombre no fue igual que con sus demás compañeros en ejercicios anteriores, lo que la llevó a preguntarle si había notado algo extraño cuando la clase acabó.

Al ser interrogado por la joven, Lichtenthailer solo atinó a decir que había algo allí, en su tiroides, y que debía hacerse revisar.

Siendo estudiante de medicina y habiendo sido advertida de esa forma por su profesor, en octubre de 2020 la joven decidió hacer caso a su extraña reacción y realizarse exámenes médicos en los que le diagnosticaron cáncer de tiroides.

Este curioso hecho en su clase fue de gran suerte para Barboza, quien apenas cursaba tercer semestre, pues este tipo de cáncer suele ser difícil de diagnosticar hasta que se encuentra en una etapa mucho más avanzada, en la que la gravedad es mayor, y la joven aún no presentaba síntomas ni alteraciones visibles en la anatomía de su cuello.

Además del primer diagnóstico y luego de someterse a otras consultas para una revisión más a detalle, las pruebas de Gabriella arrojaron el resultado que la derrumbó: carcinoma papilar de tiroides.

De acuerdo con la Clínica Mayo, es posible que el cáncer de la glándula tiroidea no cause ningún síntoma al principio. Pero a medida que crece, puede provocar dolor e hinchazón en el cuello.

“Existen varios tipos de cáncer de la glándula tiroidea. Algunos crecen muy lentamente y otros pueden ser muy agresivos. En casi todos los casos, es posible curarse con tratamiento”, afirma el portal web de la institución.

Asimismo, la entidad informa que los índices de cáncer de la glándula tiroidea parecen estar aumentando, y algunos médicos piensan que esto se debe a que la nueva tecnología les permite encontrar pequeños tipos de cáncer de la glándula tiroidea que pueden no haberse encontrado en el pasado.

La entidad también apunta que no se sabe con exactitud cuál es la causa de este tipo de cáncer, por lo que es muy difícil prevenirlo.

En el caso puntual de Barboza, cuando se le descubrió el carcinoma papilar, que es el tipo de cáncer más común de tiroides, este ya había avanzado a otras zonas de su cuello y a una parte de su esófago. No obstante, los médicos que la trataron tomaron posiciones optimistas frente a su tratamiento.

La actitud positiva de los expertos pudo deberse a que, de acuerdo con los registros médicos, el 95 % de este tipo de bultos que aparecen en el cuello con el cáncer son benignos, y si un paciente como Gabriella es diagnosticado con cáncer, cerca del 97 % tiene posibilidad alta de curarse.

Algunos de los factores que pueden aumentar el riesgo de padecer cáncer de la glándula tiroidea, según la Clínica Mayo, incluyen:

Sexo femenino. El cáncer de la glándula tiroidea es más frecuente en las mujeres que en los hombres.

Exposición a niveles altos de radiación. Los tratamientos de radioterapia en la cabeza y el cuello aumentan el riesgo de cáncer de la glándula tiroidea.

Determinados síndromes genéticos heredados. Los síndromes genéticos que aumentan el riesgo de cáncer de la glándula tiroidea incluyen el cáncer medular de la glándula tiroidea familiar, la neoplasia endocrina múltiple, el síndrome de Cowden y la poliposis adenomatosa familiar.

Por fortuna, la joven estudiante de medicina inició en noviembre de ese mismo año, en medio de la pandemia por la covid-19, su tratamiento en el hospital de su ciudad, donde tuvo que someterse a cirugía para extirpar la tiroides.

A Barboza le extirparon la masa que se había extendido por su cuello, le hicieron tratamiento con yodoterapia, que consiste en ingerir un medicamento con yodo para eliminar los restos del cáncer en el cuerpo, y en febrero de 2021 pudo salir del centro médico al ser diagnosticada como libre de la enfermedad.

Los pacientes que tuvieron cáncer, como Gabriella, deben mantener un seguimiento con cierta periodicidad para examinarse y evaluar de cerca su salud. Estos exámenes pueden recomendarse mensual o semestralmente, depende del cáncer que se haya tenido y su gravedad.

“El cáncer de tiroides puede reaparecer, incluso después de recibir tratamiento o de someterse a una cirugía para la extracción de la tiroides. Esto puede ocurrir si células cancerosas microscópicas se propagan más allá de la tiroides antes de extraerla”, puntualiza la Clínica Mayo.

Fuente: Semana