La historia detrás de los pajaritos de ‘Acróstico’ de Shakira que sacan lágrimas el día de la madre

Shakira sorprendió al mundo entero con su nueva producción musical. El planeta estaba en vilo ante el lanzamiento. Realmente no se sabía a ciencia cierta de que se iba a tratar el nuevo sencillo porque, por un lado, estaba la posibilidad de que la barranquillera siguiera tirándole a su expareja el exfutbolista Gerard Piqué y por otro, existía el hecho de que fuera tema del pasado.

Sin embargo, contrario a los pronósticos, esta vez Shakira está dejando de lado a su expareja para enfocarse en sus hijos en quienes descubrió el verdadero amor porque el lazo que los une es irrompible. Milan y Sasha, dos jovencitos de 10 y 8 años, que han estado a su lado en el año más difícil de la vida de la cantante.

Su letra está llena de versos con frases muy emotivas que tocaron las fibras del corazón de miles de personas alrededor del mundo. Sus palabras son contundentes y no hay escapatoria, pues las lágrimas simplemente empiezan a brotar de aquellos corazones sensibles.

Y es que no es para menos, pues en los mismos, se puede ver el amor puro, genuino y auténtico que existe entre una madre y sus hijos. Un amor, un vínculo, en el que nada ni nadie puede interferir.

En el video es posible evidenciar como una pajarita toma algunas ramas y empieza a construir un nido. Es una mamá pájaro que está sola.

Cuando mamá pájaro está edificando su hogar, hay momentos en los que llega la tormenta y curiosamente es una lluvia que solo cae sobre ella. No afecta el resto del bosque.

Ella termina de construir su nido y cuando está terminado aparecen dos huevos. Mamá pájaro entonces cuida sus huevitos, cual tesoro, pues adentro están sus polluelos y ella vela por el bienestar de sus pequeños.

Luego de ello viene una tormenta que hace que mamá pájaro tenga que ser muy fuerte para evitar que sus polluelos (que todavía no salen del cascaron), caigan al suelo.

Cuando nacen, mamá pájaro los protege de todo aquello que les pueda causar algún tipo de daño. De igual manera se grafica el momento en el que mamá pájaro lucha para poder llevar comida a su hogar, demostrando que no es una tarea fácil, aun estando en el mundo de la industria musical, ya posicionada.

La historia de los ilustradores de la historia

Dicho lo anterior, hay que decir que el trabajo audiovisual estuvo en manos de la empresa costarricense Producciones Luz Marina, conocida por trabajar anteriormente con artistas de la talla de Alicia Keys, Ricardo Arjona y Nicky Jam, entre los más destacados.

Sería a través de la disquera de la barranquillera, Sony Music, que el video quedó en manos de esta compañía, liderada por Marlon Villar, quien ya había realizado otros trabajos audiovisuales para la disquera.

Villar reveló varios detalles detrás de Acróstico, según se publicó el diario La Nación de Costa Rica: “Entre el primer y segundo verso, las primeras letras de cada frase, deletrean los nombres de los hijos de Shakira. Entonces, como tiene esos nombres ocultos dentro de la canción, ellos pensaron en que era muy bonito hacer un video lírico para presentar el sencillo”.

“Ahí fue donde nos llamaron a nosotros, porque ya habíamos hecho varios proyectos con ellos y ahora querían que les hiciéramos una propuesta; no querían algo común, sino que tuviera algo de contenido”, agregó.

Inicialmente, apostaron por ilustraciones cuyo estilo de animación se asemejara a un libro infantil, toda vez que se trata de un tema cuya letra involucra a los hijos de la cantante.

Una vez se lo propusieron a Shakira, la colombiana dio su visto bueno, pues la idea le encantó ya que estaba en sintonía con lo que ella buscaba reflejar con esta canción.

“La idea era hacer una animación que pudiera tener una analogía, que pudiera tener lógica con la situación actual de la cantante. Pero, sobre todo, con lo que ella expresa en la canción. Queríamos que estéticamente tuviera lógica con las edades de los hijos y tuviera este feeling infantil y sencillo, con una sensación de pureza en el tratamiento de la imagen”, añade Villar en La Nación.

Fuente: Semana