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Lo operaron de apendicitis, pero tenía un tumor cerebral

Un diagnóstico médico erróneo provocó la muerte de Josh Warner, de 25 años. El joven británico, padre de un pequeño niño, falleció a causa de un tumor cerebral tras ser operado de una supuesta apendicitis.

Según consignó New York Times, en junio de este año, Warner fue al hospital para hacerse una tomografía, después de sufrir fuertes dolores de cabeza durante dos semanas.

Un «error informático»

En ese entonces, los doctores le dijeron que se trataba de una apendicitis, a pesar de que no presentaba molestias en el estómago. De todas formas, lo internaron para extirparle el órgano.

Mientras Josh luchaba contra sus síntomas, un examen reveló una anomalía en su cerebro, pero esta fue descartada como un «error informático» y le dieron el alta.

Al regresar a su casa tras la cirugía, el joven siguió sintiéndose enfermo y tuvo que ser reingresado de urgencia en más de una oportunidad. En cada ocasión, los especialistas desestimaron sus problemas de salud.

Pero cuando Warner se desplomó en el baño de la casa de sus abuelos, lo llevaron a otro hospital, donde descubrieron que tenía un gran tumor cerebral que se extendía desde el lado derecho del cerebro hasta la espalda.

Desafortunadamente, este hallazgo ocurrió demasiado tarde, ya que Josh perdió la vida 12 días después. Su familia, que lo describió como un «padre increíble», está compartiendo su historia para que otros no vivan la misma experiencia.

«Él no querría que otra persona pasara por lo que él pasó», declaró Eve Pateman, su madre, quien abrió una página de financiación colectiva para recaudar fondos para su nieto de cuatro años, Andrew.

«Es un legado realmente hermoso que le ha podido dejar. Quería muchísimo a su hijo y es desgarrador ver a Andrew preguntando dónde está su padre», manifestó Pateman.

Fuente: Mega Noticias