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Hombre mató a su esposa y la cocinó: Se comió la carne de la mujer que amaba

Las autoridades mexicanas capturaron este viernes a un hombre identificado como Álvaro, quien mató a su esposa bajo los efectos de las drogas.

Después, hizo comida con su cerebro; para luego con el cráneo, fabricar un cenicero en medio del macabro acontecimiento.

De acuerdo a las investigaciones, los hechos ocurrieron el pasado 29 de junio en la ciudad de Puebla. Ese día, el canibal llegó a su casa bajo los efectos de sustancias psicotrópicas y descuartizó a su esposa, quien en vida respondía al nombre de María Montserrat Animas Montiel, de 38 años de edad

La mamá de la víctima señaló que Álvaro descuartizó a María con «con un machete, un cincel y un martillo. Después hizo unos tacos con parte del cerebro y luego tiró parte de los restos en una quebrada.

Las autoridades indicaron que Álvaro, apodado ahora como «El Caníbal de Puebla», llamó a una de las hijas de su esposa para pedirle que fuera a recoger los restos.

El hombre también les dijo que había matado a María y la metió en bolsas.

El asesino dijo que mató a su esposa porque el diablo se lo ordenó

Medios mexicanos afirmaron que Álvaro y su esposa solían hacer publicaciones sobre su adoración a la Santa Muerte. En tal sentido, tras el asesinato, el hombre aseguró que los “diablos” le ordenaron cometer el crimen.

María Animas tenía cinco hijas de entre 12 y 23 años, pero solo dos vivían en la casa de la pareja. Según la abuela de las niñas, Álvaro las acosaba sexualmente y las espiaba cuando se bañaban, pero la madre siempre se ponía del lado de su esposo.

Familiares aseguraron que Álvaro era alcohólico y adicto a las drogas. Además, afirmaron que era violento con su esposa y ya la había maltratado en el pasado, pero nunca denunció la situación a las autoridades.

La madre de María exigió justicia, a la vez que pidió a Álvaro que dijera dónde están los demás restos. “Dámela para que la entierre y le dé una despedida adecuada. Eso es lo que quiero y que no lo dejen libre”, acotó.

Fuente: 2001