Fotos del fiscal paraguayo y su esposa, claves para dar con los asesinos
Agentes federales e investigadores colombianos ya reconstruyeron, paso a paso, los cinco días de recorrido por Cartagena que hizo el fiscal paraguayo Marcelo Pecci, asesinado por sicarios el pasado 10 de mayo.
Las fotos que su esposa, la periodista Claudia Aguilera, subió a sus redes han sido claves para que los expertos en criminalística confirmen si, como se sospecha, los asesinos los venían siguiendo desde Asunción, e incluso si subieron en el mismo vuelo de la aerolínea Copa que los trajo a Colombia.
Las cámaras de seguridad
Además del análisis de las fotos, estas han servido para recuperar cámaras de seguridad de los lugares que visitaron e identificar a las personas que los estaban siguiendo.
EL TIEMPO estableció que incluso ya se han llamado a entrevista a extranjeros que venían en el mismo vuelo de los Pecci y a huéspedes de los dos hoteles donde se quedaron: Cartagena Royal y Decameron Playa Blanca.
“También se han recogido testimonios de vecinos de la playa y de los hombres que alquilan las motos acuáticas en las que se movieron los sicarios”, le aseguró a EL TIEMPO una fuente enterada.
De hecho, uno de esos lugareños afirmó que los sicarios tenían acento caribeño.
Y si bien el director de la Policía Nacional, el general Jorge Luis Vargas, no precisó si eran colombianos o venezolanos, este diario estableció que las autoridades habrían identificado a uno de ellos y que su captura sería inminente.
Lo que sí enfatizó el general Vargas es que hay un grupo terrorista internacional detrás del asesinato del destacado fiscal antimafia paraguayo, de 45 años.
Tal como EL TIEMPO lo reveló, agencias federales indagan si la orden de eliminarlo se dio por una retaliación por una operación contra el grupo extremista Hezbolá.
Los móviles del crimen
En 2019 y gracias a un trabajo conjunto entre Pecci y la DEA, fue extraditado a Estados Unidos, Nader Mohamad Faraht. Este último es procesado por la Corte Sur de Florida por una megaoperación de lavado de activos, vinculada a narcotráfico transnacional y a Hezbolá.
“Aún hay una ficha suelta en Paraguay de esa operación, y en Colombia opera una célula de Hezbolá”, le dijo a EL TIEMPO una fuente que participa en la investigación al lado del FBI y la DEA.
Sin embargo, aseguró que no se desecha otro móvil: una venganza por las 25 capturas de la reciente operación A Ultranza PY. En este caso, fiscales paraguayos, entre ellos Pecci, y agentes federales lograron la incautación de narcojets, barcos utilizados para traficar y recogieron evidencia de cómo se movían grandes cantidades de dinero de la mafia a través de casas de cambio.
Sobre esta última hipótesis, investigadores agregaron que la orden de asesinar a Pecci le pudo haber sido encomendada al Primer Comando Capital de Brasil. Ese cartel tiene como sede alterna a Paraguay, y Pecci junto con otros fiscales les venían asestando varios golpes.
Al respecto, el general Vargas señaló que la muerte del fiscal Marcelo Pecci fue dirigida por un sistema de crimen organizado transnacional como retaliación a las investigaciones que adelantó en Paraguay.
Los sicarios
Vargas también dijo que la recompensa de 2.000 millones de pesos, cerca de 500.000 dólares, busca identificar a los autores materiales, “pero también ubicar a los intelectuales”.
Aunque se maneja con absoluta reserva, EL TIEMPO estableció que las más de 100 diligencias de policía judicial tienen a las autoridades muy cerca de uno de los asesinos.
El rostro de quien sería uno de los sicarios fue captado por las cámaras de seguridad del sitio donde fue alquilada la moto acuática usada en el ataque sicarial y en la que se desplazaron los pistoleros hasta el hotel donde estaban el fiscal Pecci y su esposa (ver recuadro).
El cartel con la recompensa y el retrato hablado (hecho a partir de testimonios) coinciden con los videos.
Por su parte, la vicefiscal colombiana, Martha Mancera, señaló que “desde el momento que se conoció el crimen se designaron los mejores investigadores de la Fiscalía (…), quienes trabajan en tres líneas”.
Mancera indicó que el cuerpo de Marcelo Pecci se encuentra en Medicina Legal, en el proceso de necropsia, cuyo dictamen será muy importante para la investigación. “Terminado ese proceso, se entregará su cuerpo a su señora esposa y a sus compañeros que se encuentran aquí”, afirmó la representante del ente acusador.
Alerta por 107 crímenes
Paralelo al caso Pecci, que tiene desconcertado incluso al Gobierno de Estados Unidos, localmente las alarmas están prendidas por los actos sicariales en Cartagena.
El asesinato de Pecci puso al descubierto una ola de crímenes sicariales en la Heroica. A 30 de abril de 2022, se han registrado 120 homicidios; de ellos, 107 han sido bajo la modalidad de gatilleros, según la Veeduría de la Rama Judicial para Cartagena.
El ‘clan del Golfo’ hace presencia en esa ciudad, por eso no se descarta que los sicarios del caso del fiscal estén vinculados a este. Según el presidente del Concejo de Cartagena, Óscar Marín, el caso Pecci deja en evidencia el poder del crimen organizado en su ciudad.
La mayoría de víctimas de este tipo de asesinatos en Cartagena son delincuentes acribillados en medio de venganzas de organizaciones criminales. Pero en este cruce de balas también han muerto desde comerciantes hasta líderes barriales y policías.
En las listas también aparece otro ciudadano extranjero.
La pista de la moto acuática
200.000 pesos. Eso pagaron en la isla de Barú por el alquiler de una moto acuática los sicarios que llegaron hasta la exclusiva playa del hotel Decameron para cometer el homicidio del fiscal Marcelo Pecci.
Así se lo hicieron saber a la policía operadores turísticos que alquilaron la moto acuática de color rojo en la cual se desplazaron los sicarios. Los criminales rentaron la nave y pasearon por la bahía como dos turistas, pero en realidad esperaban el momento oportuno para cometer el crimen.