Falleció Monseñor Roberto Lückert León
Este domingo, luego de varias semanas de rumores y especulaciones, se confirmó el sensible fallecimiento de Roberto Lückert León, arzobispo emérito de Coro y miembro de la Conferencia Episcopal Venezolana. El referente católico de 85 años había sido ingresado desde el 28 de mayo en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital Madre Rafols, en Maracaibo, tras haber dado positivo a la prueba de Covid-19. Debido a las complicaciones cardíacas y respiratorias tuvo que ser conectado a un respirador artificial según fuentes ligadas a la familia.
Durante los últimos dos años el reconocido arzobispo había enfrentado serias dificultades de salud. En el año 2022 tuvo que ser intervenido debido a una angioplastia coronaria de arteria que ameritó el implante de un stent en el corazón. Posteriormente, se supo que Lückert sufrió un accidente cerebrovascular ese mismo año. Más adelante, a finales de 2023 fue ingresado en cuidados intensivos a causa de una infección respiratoria. Desde entonces sus allegados comenzaron a recaudar fondos para cubrir el proceso de recuperación.
Vida de monseñor Roberto Lückert
Monseñor Roberto Lückert León nació en Maracaibo estado Zulia el 09 de diciembre de 1939. Fue el mayor de ocho hermanos, hijo de padre protestante y madre católica según reseña su biografía en internet. En 1966 fue ordenado sacerdote y desde entonces comenzó a escribir sus páginas en los libros de historia de la Iglesia venezolana.
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Desde su ordenación sacerdotal hasta 1985 se curtió en la gestión administrativa, social y espiritual de la Iglesia. Se desarrolló como vicario de la parroquia Santa Bárbara de Maracaibo, fue párroco de Nuestra Señora de Lourdes, fundó la parroquia San Juan Bautista, asumió el cargo de vicario general por solicitud del arzobispo de Maracaibo y fue párroco de la Basílica de Nuestra Señora de Chiquinquirá. Posteriormente fue obispo de Cabimas (1985-1993), obispo de Coro (1993-1998) y primer arzobispo de la Arquidiócesis de Coro (1998-2016) nombramiento emitido por Juan Pablo II. Desde el 2016 fue reconocido como arzobispo emérito.
El hombre de verbo encendido y conocido no solo por la divulgación de la santa palabra sino por su frontalidad política deja un vacío que difícilmente se puede llenar con la misma intensidad y grandilocuencia. La feligresía católica resiente su partida y en este momento comparte oraciones rogando por su eterno descanso.
Fuente: Francisco Rodríguez/ Notifalcón
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