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EN FOTOS: Las Piedras es hoy el reflejo cruel del olvido

La génesis de Punto Fijo está en sus costas, que al albergar a un pueblo dedicado en sus orígenes a la pesca, en aquellos tiempos de un tímido crecimiento, veía en esos sectores apalancados en las orillas de las playas, el entorno ideal para vivir y echar raíces.

Pero las cosas evolucionaron (o involucionaron, según se le mire) en esta parte de Paraguaná y con la llegada de la Shell y la Creole, la gente se fue instalando «Cerro Arriba», hasta consolidar lo que hoy se conoce como la Ciudad del Viento.

El interés gubernamental y empresarial viró su mirada al Este y comunidades como Las Piedras fueron empujadas a cruzar el umbral que separaba la bonanza de los congestionados bares hacia una zona oscura y decadente, donde los problemas y carencias se cuentan por docenas.

De tenerlo todo a no tener nada

«Aquí en Las Piedras no funciona nada», lamentó Carlos García, conocido popularmente como «Cazón», entre sus vecinos de Barrio Nuevo.

García puso a los brotes de aguas servidas en el primer lugar de la lista de calamidades que atraviesan en Las Piedras. Los baños de sus casas están colapsados y, ante la negligencia gubernamental, muchos han tenido que abrir zanjas que llevan el desagüe de sus viviendas hasta la playa o hasta la salineta.

Manifestó que el alumbrado público no existe y en las calles de Las Piedras solo la iniciativa de algunos habitantes arranca a la comunidad de las fauces de una completa penumbra.

También detalló que el servicio eléctrico falla constantemente y las guayas caídas están a la orden del día, poniendo en peligro la vida de quienes pueden correr la mala suerte de tocar un cable electrificado.

Cultura, educación y deporte sin espacios

En Las Piedras solo hay una cancha deportiva en regulares condiciones, las otra tres que se llegaron a construir, actualmente son una muestra de lo destructivo que pueden ser el tiempo y la desidia.

Aquel estadio, que teniendo como fondo la refinería Amuay y el imponente Cerro Santa Ana, llegó a albergar innumerables encuentros peloteros, hoy luce desmantelado, como si un potente tornado lo hubiese azotado con ensañamiento.

Atrás quedaron los tiempos en los que la Casa de la Cultura era escenario de coloridas actividades o cuando en Las Piedras se fomentaba la lectura en su propia biblioteca. Ambas estructuras están en completo abandono y con las puertas cerradas.

Con nostalgia, el pueblo de Las Piedras ve como su escuela, la «Josefa Victoriana Riera», está totalmente desmantelada. De aquel centro educativo histórico, donde se formaron centenares de niños, muchos de los cuales hoy son resaltantes profesionales, solo quedan las paredes y muchos recuerdos.

La pesca pide auxilio

Como si no fuese suficiente con tener que ver cómo las cloacas desembocan en el mar donde trabajan, los pescadores de Las Piedras también deben lidiar con otros problemas, como la falta de combustible.

El limitado estímulo gubernamental que reciben no cubre todas las necesidades del sector y así como ven inversiones para desarrollar otras áreas productivas, esperan que ellos también sean vistos como un pueblo generador alimentos, que necesita del auxilio oficial.

Aguas negras, asfaltado, alumbrado público, transformadores, basura, ausencia de infraestructura para el deporte, la cultura y la educación, son cuentas de un rosario de adversidades que todo un pueblo, negado a morir, aspira encuentren una solución temprana, pues lo merecen por legítimo derecho.

 

 

Fuente: Eduardo Ruiz/Notifalcón