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El pacto de sangre que tenía esta pareja de Míchigan y tiñó de miedo a un pueblo

En 2014, la investigación por la desaparición de un hombre en una ciudad de Michigan terminó desentrañando una escalofriante situación. Una pareja estadounidense tenía un pacto que los obligaba a matar a sus supuestos amantes.

La policía local comenzó a investigar la desaparición de Christopher Regan. En ese entonces, descubrieron que el hombre estaba teniendo un romance con su compañera de trabajo Kelly Cochran y comenzaron a sospechar que su esposo, Jason, podría ser el responsable.

Cuando fueron a investigar la casa encontraron una serie de pistas escalofriantes como salpicaduras de sangre en el techo y un diario escrito por Jason en el que parecía aludir a un crimen.

La investigación continuaba pero luego uno de los vecinos del matrimonio Cochran denunció que habían abandonado la ciudad por la noche.

Luego los oficiales descubrieron que la pareja había huido a su ciudad natal en Hobart, Indiana, en donde se conocieron y crecieron juntos como vecinos.

A pesar de todas las sospechas, los Cochran lograron evadir a las autoridades y ocultar su crimen durante casi dos años.

Pero la policía de Michigan no cerró el caso de Reagan y pusieron especial atención a un cuerpo de agua que estaba cerca de la casa de los Cochran en donde los buzos encontraron un barril y un bloque de cemento atados para sujetarlos. Aunque estaban seguros de que estaba relacionado con el caso, no pudieron comprobar nada.

Matrimonio tranquilo

Mientras tanto, la pareja vivía tranquilo en Indiana hasta que Kelly llamó al 911 solicitando una ambulancia debido a que su esposo no respiraba. A pesar de la asistencia, Jason fue declarado muerto en el hospital.

Cuando el proceso de autopsia se llevó a cabo, descubrieron que había un aviso debido a que el matrimonio era buscado por un crimen en Michigan y, lo más sorprendente, que Jason había muerto por asfixia.

Increíblemente uno de los investigadores decidió tenderle una extraña trampa a Kelly quien, usualmente acudía a un parque y se sentaba junto a un árbol en particular. El detective talló en el árbol “Chris está aquí”, con la intención de asustarla y hacerla confesar. Su plan funcionó, cuando la mujer vio la inscripción saló corriendo y esa noche llamó a la policía.

Inicialmente Kelly aseguró que Jason había matado a Christopher Reagan de un disparo y que ella era una víctima pues, incluso, la había obligado a extraer la bala del cráneo y desmembrar el cuerpo.

Pero la policía no creyó en su inocencia y, cuando la mujer se dio cuenta, decidió huir a Kentucky. Donde fue localizada y arrestada.

Entonces al fin pudieron comenzar a reconstruir los hechos poco a poco. Kelly les aseguró que durante su noche de bodas había hecho un pacto con su esposo que si alguno de los dos engañaba al otro, el cónyuge infiel tendría que matar a su amante o sería asesinado.

Fuente: El Tiempo

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