¿Concreto a base de cocaína? El curioso método de Ecuador para destruir la droga
En Ecuador se está utilizando un procedimiento curioso para deshacerse de las toneladas de cocaína que las autoridades han incautado en los últimos años: usarla como material para la elaboración de concreto.
Los ladrillos de cocaína se incorporan a una mezcla de materiales, como grava, arena y cemento, que sirve de aglutinante en los trabajos de construcción. De esta forma, se obtiene una arenilla que para endurecerse solo necesita agua durante el mezclado.
La implementación de este método surge a raíz de un problema de almacenamiento, ya que el volumen de la droga que ha sido incautada por Ecuador es de tal magnitud que los responsables han buscado un nuevo uso para deshacerse de ella.
«Ecuador es pionero en el proceso de destrucción de sustancias sujetas a fiscalización, a través del método de ‘encapsulamiento», detalla el Ministerio de Interior a través de sus redes sociales. Se trata, según la cartera, de «un mecanismo más eficiente y amigable con el medio ambiente».
Un proceso rápido y sostenible
Cientos de bloques de esta sustancia llegan cada semana a la capital del país, Quito, donde se descomponen junto a otros materiales, como vidrios o medicamentos caducados. Posteriormente, la mezcla se une con cemento, arena y agua, con el objetivo de producir plataformas de concreto.
Se trata de un procedimiento que Ecuador lleva meses usando. Hasta el pasado 14 de octubre, el país ya había aplicado este método para deshacerse del 61 % de la droga decomisada a esa fecha.
El Subsecretario para el Control de Drogas de Ecuador, Edmundo Mera, afirmó entonces que el proceso «permite que esta cantidad de droga sea destruida con un 100 % de efectividad».
Del mismo modo, detalló que el procedimiento consiste en certificar el peso de la droga, hacer pruebas de homologación y someterla a un proceso de pulverización, antes de incorporarla a la mezcla que será transformada en concreto.
Además, Mera explicó que una vez que la cocaína entra a las piscinas donde se encapsula y se procede a su secado en un máximo de tres horas, la droga «es imposible de ser restituida» a su estado inicial.
María Gallardo, presidenta de la Corte Provincial de Justicia del Guayas, sostiene que este método «no solamente representa un principio de seguridad estatal, la destrucción de la droga, sino que también es un punto de combate a las estructuras criminales».
El sistema es apoyado por la Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Delito (ONUDD), que ya en 2020 lo había recomendado como una forma viable para la destrucción de drogas.
Se estima que este método es hasta diez veces más rápido que la quema de la cocaína, puesto que la incineración permite la destrucción de alrededor de 70 kilos por hora, mientras que el encapsulamiento puede destruir hasta 1.500 kilos en el mismo tiempo.
La rapidez es otra de las grandes ventajas. Su quema se demora demasiado y hace necesario el almacenamiento de la sustancia durante semanas e incluso meses, lo que significa que hay que sufragar tanto su almacenaje como su custodia, para evitar robos como los que ya han tenido lugar.
Además, un juez debe estar presente siempre durante la destrucción de la droga, y el nuevo método permite una gestión más eficaz de los recursos humanos, que deben emplear un menor porcentaje de su tiempo en esta labor.
En el aspecto medioambiental también se avanza, puesto que la cocaína no quema bien y son necesarios hornos especiales que trabajen con unas temperatura especialmente elevadas, algo innecesario con el nuevo proceso.
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— Ministerio del Interior Ecuador (@MinInteriorEc) February 19, 2023
Fuente: RT