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Comer carne cruda: la peligrosa tendencia de los “influencers” salvajes

Un grupo de jóvenes que ronda la treintena se disponen sentados en círculo sobre la hierba. Todos lucen una estética bohemia, sonríen y parecen estar encantados de compartir ese momento en la naturaleza entre amigos. Esto podría parecer una estampa idílica de no ser por un elemento bastante llamativo: en el centro del corro que forman estas personas hay una bandeja con un montón de órganos crudos de animales.

Efectivamente, el menú del picnic que están a punto de disfrutar es un popurrí de corazones, hígados y riñones sin un mínimo cocinado o curación. Los sostienen entre las manos, los muerden, enseñan y miran con los ojos de quien está a punto de comerse su plato favorito.

Por extravagante que sea, esta no es la secuencia de una película, sino un vídeo real publicado en Instagram. Es cierto que en dicha grabación no llegan a comérselos, por lo que podría ser una broma de no ser porque hay otras muchas otras publicaciones que hablan de las maravillas de alimentarse de carne cruda, y otras tantas de ellos mismos ingiriendo dichos productos. Todo sigue en estas cuentas sigue el mismo patrón: mensajes peligrosos disfrazados de estilo de vida saludable y natural.

Se denominan a sí mismos influencers del bienestar o coaches de la salud y apuestan por una forma de vida conectada con la ancestralidad —incluyendo la nutrición—. De hecho, afirman que comer carne es algo espiritual. Muchos, supuestamente, se están ‘recuperando’ del veganismo y consideran que esta es la forma en la que verdaderamente van a nutrirse más eficazmente y de una forma más vinculada a las raíces y a la tierra: “Cada vez más frecuentemente, salen a la luz nuevas dietas y tendencias de alimentación que cambian los comportamientos de consumo como si de una nueva religión se tratase.

Con el auge de las redes sociales, este tipo de conductas se divulgan de forma masiva y son muchos los que promueven estas prácticas sin ser conscientes de la responsabilidad que tienen al dirigirse a un público joven”, comenta Ángela Quintas, química clínica, experta en nutrición y microbiota.

Fuente: El País