Brutal ataque de un tiburón a un buzo: le arrancó la cabeza y los hombros
Un pescador del Paredón Colorado, comunidad del municipio de Benito Juárez, México, falleció al ser atacado por un tiburón en la Playa San José, de la Bahía del Tóbari, mientras buceaba en búsqueda de callo de hacha, uno de los moluscos de mayor importancia de la costa noroeste del Pacífico Mexicano, no sólo por su demanda local, sino por el alto precio en el mercado internacional.
Un pescador murió en un brutal ataque de tiburón después de que el depredador «le arrancara la cabeza y los hombros», según informan medios mexicanos.
El espeluznante ataque ocurrió el 5 de enero en Bahía de Tóbari, México, mientras Manuel López buceaba en la zona buscando callos de hacha, uno de los moluscos más demandados por su valor.
José Luis Reina, presidente de una cooperativa pesquera en el lugar, dijo que el ataque se registró alrededor de las 11 horas del jueves 5 en una zona de mar abierto entre la Isla Huivulai y la Playa San José.
Según los informes, Manuel López no tenía tanque de aire y estaba usando aire de encima del agua mientras buceaba con vieiras.
El portavoz José Bernal dijo: “Estaba buceando cuando el animal lo atacó, arrancándole la cabeza de manera impresionante y mordiéndolo en ambos hombros».
Los buzos locales habían sido advertidos sobre la presencia de tiburones en el área y la mayoría no había salido en varios días, pero se entiende que López ignoró las advertencias porque necesitaba ganar dinero con los mariscos.
Según informa El Imparcial, en los últimos días en esa zona se estaban dejando ver algunos tiburones, motivo por el cual se han mantenido en alerta, notificándose entre los compañeros de esta situación para que tomen precauciones.
Los expertos de Tracking Sharks dijeron: “Los grandes tiburones blancos son más frecuentes en el Golfo de California (donde ocurrió el ataque) durante diciembre y enero, cuando las hembras preñadas ingresan al área».
Reina se lamentó por lo sucedido, pero dice que tienen que trabajar, porque de eso viven. «Muchos compañeros evitamos salir, pero hay muchos otros que corren el riesgo, ahorita lo que resta es evitar el agua unos días y adquirir pulseras especiales para espantar a estos animales”, indicó.
En la Bahía del Tóbari que está conformada por el Paredón Colorado, Paredoncito, La Atanasia y Aceitunitas, explicó que, diariamente, en estas fechas, salen al callo de hacha al menos 100 pangas de diferentes cooperativas, pero que con los avistamientos de tiburones, esta cantidad se disminuyó considerablemente.
La actividad, casi paralizada
El diario El Yaqui de México informa que cerca de nueve mil pescadores del sur de Sonora se encuentran en crisis económica debido a que, por temor a la presencia de tiburones cerca de las costas, han optado por no salir a realizar la actividad de captura de diversas especies, de la cual subsisten sus familias.
Las cooperativas de pesqueros han dado cursos para saber cómo cuidarse para prevenir ataques de animales marinos.
Entre las recomendaciones está el que, al momento de bajar al fondo marino a recolectar el callo, cada buzo vaya acompañado por alguien que pueda estar pendiente de la cercanía de cualquier peligro, y evitar el arrastre del compañero que realiza la actividad de recolección de la ostra.
El buzo Óscar Alfredo Acosta García señaló que quienes realizan esta actividad lo hacen a una profundidad de entre seis y 10 brazas (de 11 a 18 metros aproximadamente), y generalmente son arrastrados desde la superficie «como si fueran un curricán o carnada», lo que atrae la presencia de los tiburones.
Otro peligro para los pescadores es que deben desprender el callo de hacha del fondo y lo hacen arrancándolo de los sitios donde está incrustado; esto genera una turbulencia que es interpretada por el tiburón blanco como si hubiera en el lugar una gran «mancha» de peces, «y como éste anda buscando su alimento, dirige su ataque a ese punto».
La recomendación de los expertos es que los buzos deberán usar trajes de colores fosforescentes –puesto que, al usar el traje de neoprene negro, son confundidos por el animal con un lobo marino, especie que es parte de su cadena alimenticia–.
Otro elemento protector es el posible uso de un brazalete que emite vibraciones para ahuyentar a los escualos es otra opción de protección, pero aún se está probando su efectividad con tiburones tigre en Hawai; de eso depende que puedan ser implementados en la región.
Fuente: Clarín