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Así se conoció la muerte de Taylor Hawkins en el Festival Estéreo Picnic (VIDEO)

En el mundo distinto del Festival Estéreo Picnic, todo marchaba como se había programado. La logística, la organización, los asistentes y las agrupaciones marcaban una exitosa noche de reactivación del evento musical más importante del país. Pero el ambiente cambió a las 9:48 p. m., cuando un anuncio confirmó la noticia que tiene a la industria musical del planeta en luto: murió Taylor Hawkins, el baterista de Foo Fighters.

La mayoría de los asistentes estaban concentrados en los dos escenarios más grandes. En el principal, se estaba presentando Nile Rodgers, una de las estrellas programadas para el primer día del festival. En el otro, llamado ‘Adidas’ —como el patrocinador—, miles de personas se reunían para esperar a Black Pumas, una banda de soul estadounidense que se ha logrado posicionar tras la pandemia.

Desde temprano, los fanáticos hacían cálculos con los horarios para poder ver a la que hubiera sido una de las grandes presentaciones del regreso de este festival: la banda de rock estadounidense Foo Fighters. Entre las 10:00 p. m. y la 1:00 a. m., el escenario principal estaba reservado para ellos. Eran una de las agrupaciones más apetecidas por el público colombiano. De hecho, varias personas entrevistadas por EL TIEMPO aseguraron que habían ido el viernes 25 de marzo por ver a la agrupación liderada por Dave Grohl, exbaterista de Nirvana y Scream.

 

 

Se vivían dos situaciones paralelas. Justo después de que Nile Rodgers se presentó, Sergio Pabón, cofundador de Páramo Presenta y Estéreo Picnic, tomó el micrófono del escenario principal para informar lo que ya se había escuchado en algunas salas de prensa del festival. Y entonces, un comunicado en un fondo negro con letras blancas apareció en las pantallas: «Con el corazón roto, estamos acá para comunicarles una noticia tristísima, debido a una situación médica de mucha gravedad: Foo Fighters no podrá presentarse esta noche y ha cancelado el resto de su gira suramericana».

A unos metros, en el otro escenario, las personas cuestionaron la demora en el arranque del show de Black Pumas. Se escuchaban chiflidos y aplausos, y el lugar se comenzó a llenar. «Ojalá salgan pronto porque no quiero perderme a los Foo», decían entre la multitud. Hacia las 10:00 p. m., en varios sectores del lugar, como si se tratara de algo sincronizado, se escuchó la palabra «murió». Hacía referencia a Taylor Hawkins. La noticia había sido difundida a través de redes sociales por medios de comunicación.

A esa hora, en las cuentas oficiales de la agrupación, se publicó un mensaje en inglés: «La familia de Foo Fighters está devastada por la trágica y prematura muerte de nuestro amado Taylor Hawkins. Su espíritu musical y su risa contagiosa vivirá con nosotros para siempre. Nuestros corazones están con su esposa, hijos y familia, y pedimos que su privacidad sea tratada con el máximo respeto en este momento difícil».

El hecho desató una cadena de gritos y llantos. Las personas no podían creer lo que se había anunciado. La noche, que había sido perfecta por varios factores, terminó enrarecido. «Estamos temblando, lo estamos asimilando, pensamos que era una broma y vimos en redes que era verdad, sentimos demasiada tristeza, estamos en shock. Después de dos años, veníamos por ellos», le dijeron a EL TIEMPO asistentes al evento.

De inmediato, en ese escenario apareció el mismo comunicado de Páramo Presenta informando el hecho. La causa del retraso de Black Pumas había sido la reacomodación de los horarios tras la noticia. Fue un momento de desasosiego e impotencia. Los rumores sobre las causas se comenzaron a expandir entre los grupos de asistentes. Los periodistas se congregaron en una sala de medios dispuesta esperando detalles adicionales, pero no hubo más explicaciones. En redes sociales se conoció que las autoridades se habían dirigido al hotel donde estaba hospedado el baterista.

Las personas que estaban en el escenario principal lo abandonaron y el lugar se convirtió en un espacio para homenaje. Los organizadores pusieron imágenes de velas en las pantallas y velas reales sobre la tarima junto con el mensaje: «Taylor Hawkins por siempre».

En el escenario ‘Adidas’, unos veinte minutos después, aparecieron en tarima Eric Burton y Adrian Quesada, de Black Pumas. Apenas tomaron los micrófonos, dijeron:  «Haremos un homenaje por su grandeza generacional. Antes de que salgamos con la banda a tocar, queremos hacer un minuto de silencio». Y así fue: los miles de asistentes permanecieron callados durante un tiempo.

Después, Eric Burton dijo: «Hagamos un grito que se escuche tan alto como para decir que Taylor Hawkins está presente». Y todos gritaron. El concierto comenzó, pero la atmósfera del lugar había cambiado. Las canciones dejaron de ser melodías que se habían popularizado en los últimos dos años y pasaron a ser el canal de catarsis de quienes sentían su alma desgarrada.

‘Colors’ fue entonada de una forma sorprendente. El grito herido y las caras tristes formaron parte del panorama, aunque el público no dejó de cantar ni aplaudir la presentación de algo más de una hora de Black Pumas. Los estadounidenses intercalaron en su presentación mensajes alusivos al hecho.

«La noticia es un golpe al ánimo. Veníamos de dos años largos de pandemia, de encierro, y estos eventos resultan siendo espacios de reencuentro, de celebración de la vida, de abstracción de un mundo caótico. La muerte de Taylor Hawkins termina sepultando los ánimos. No solo es la frustración de sus fans que querían ese reencuentro, es también la incertidumbre del futuro de Foo Fighters, que sin duda se tomará su tiempo para asumir está pérdida», señala Sebastián Narváez, periodista musical y director de Sudakas Podcast.

Y agrega: «Es un golpe para quienes se aferran a la nostalgia de entregarse a la banda. Es la pérdida de un ser icónico, de una banda icónica».

Con los minutos, las personas dimensionaron la noticia. La red de internet no era estable y pocos lograron acceder a redes sociales para entender la situación que le dio la vuelta al mundo. El cronograma de la noche fue reacomodado. Algunos asistentes se quedaron y otros abandonaron el lugar.

En el escenario principal, donde estaban las velas, se pusieron varias canciones de Foo Fighters, como ‘My hero’. El sitio estaba solo, con pocas personas al frente recordando a Taylor Hawkins. Los sentimientos que se percibían apuntaban al desasosiego. Algunos fanáticos se preguntaron por Dave Grohl, pues en el pasado vivió un caso similar con la muerte de Kurt Cobain con Nirvana.

Esta noche pasará a la historia de los festivales en Colombia. Aunque el primer día del regreso del Estéreo Picnic fue exitoso, el paréntesis por la muerte de Hawkins cambió el panorama. El hecho devastador trascenderá durante un largo tiempo, sobre todo entre la industria nacional e internacional. Se fue otro de los grandes, alguien inolvidable, alguien que nunca se dejará de extrañar.

Fuente: El Tiempo