Advierten que grupos armados en Colombia usan niños para movilizar radios y armas de fuego
Alarma y consternación manifiestan los habitantes del municipio de Puerto Berrío del departamento de Antioquia, al centro de Colombia, ante la creciente utilización de niños de nueve años de edad por parte de grupos armados irregulares para que les hagan tareas delictivas vinculadas a sus operaciones ilegales.
En un reportaje del medio local El Colombiano, los vecinos de Puerto Berrío expresaron que las organizaciones criminales captan a los menores de edad y les pagan entre 5.000 y 10.000 pesos (de 1 a 2 dólares), a cambio de encargos para los grupos armados.
Entre las tareas que les colocan a los infantes, están movilizar radios y armas de fuego a cambio del pago indicado, que a su vez les sirve a los menores para ayudar a sus familias a comprar platos de arroz con huevo para comer.
Labores encargadas a menores
Testigos que pidieron mantener la reserva de su nombre, detallaron que los menores son utilizados por los distintos grupos armados que operan en la región y que se mantienen en disputa por el control del territorio, para monopolizar las actividades ilícitas que realizan, muchas de ellas vinculadas al negocio de las drogas.
En ese sentido, los grupos ilegales enseñan a los menores a realizar labores de vigilancia para advertir, a través de los radios que les suministran, si observan la presencia de enemigos en las zonas o de situaciones extrañas que pudieran presentarse.
La comunidad atemorizada denuncia que en Puerto Berrío el nivel de violencia armada ha escalado a tal punto que los enfrentamientos entre las bandas delictivas ya se registran frente a la Escuela Alfonso López, ubicada en una zona donde hay dos grupos en conflicto. Incluso se han reportado disparos en horarios de entrada y salida de niños a clases, y luego los menores recogen los casquillo de balas y las guardan como «juguetes».
De acuerdo a los habitantes, la situación es extremadamente preocupante porque ya se han registrado varios asesinatos de jóvenes, cuyos cuerpos son tirados luego por los delincuentes al río Magdalena.
Por todo esto, la comunidad pide a las autoridades a garantizar el resguardo de la población y sobre todo de los niños, para que no los involucren dentro de las estructuras criminales de los grupos armados.
Fuente: RT