Revelan nuevos detalles del intento de asesinato de Hitler en 1944
Han salido a la luz nuevos detalles de las circunstancias que rodearon el intento de asesinato de Adolf Hitler, del que se cumplen ahora 80 años, que aparecen recogidos en documentos del Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB, por sus siglas en ruso).
Entre estos materiales, a los que ha tenido acceso RIA Novosti, figuran copias del testimonio que Román Gamota, antiguo oficial de inteligencia exterior del Tercer Reich, prestó a las autoridades soviéticas después de la guerra. Asimismo, se han dado a conocer las declaraciones de Johann Rattenhuber, jefe de la guardia encargada de la seguridad personal del dictador nazi.
El intento de magnicidio, bautizado Operación Valquiria, tuvo lugar el 20 de julio de 1944 en el cuartel general de Wolfschanze (Guarida del lobo en español), en Prusia Oriental, y fue planeado por oficiales de alto rango de la Wehrmacht, porque creían que Hitler estaba interfiriendo en el Ejército y llevando al país al colapso.
Los documentos señalan que el último embajador alemán en la URSS antes de la guerra, Friedrich-Werner von der Schulenburg, pensó que era posible, antes de que fuera demasiado tarde, salvar a su país eliminando a Hitler.
El complot
El complot preveía el asesinato de Hitler y el derrocamiento de su Gobierno. Sin embargo, la explosión de una bomba durante una reunión con altos cargos militares solo hirió al ‘fuhrer’. La conspiración fracasó, la mayoría de sus participantes fueron ejecutados y sus familiares fueron represaliados.
Según los documentos, el complot del 20 de julio contra Hitler fue posible gracias a que Hitler impuso la prohibición de registrar a los militares que visitaban su cuartel general y de quitarles sus armas personales.
«El atentado fue posible, porque Hitler había prohibido cachear a los oficiales del ejército en activo y el registro de sus pertenencias. Después de aquello, se ordenó que todos los oficiales que visitaran el cuartel general fueran registrados y se les quitaran sus armas personales, así como sus pertenencias personales», relató Rattenhuber a los órganos soviéticos.