Asesino en serie evitó la inyección letal tras ocho intentos fallidos
Thomas Eugene Creech, un asesino en serie de 73 años y sospechoso de un asesinato en el condado de San Bernardino en 1974, cuya muerte estaba prevista por inyección letal para el miércoles 28 de febrero, regresó a su celda después de que sus verdugos no pudieran encontrar una vena adecuada para inyectar el coctel letal.
Josh Tewalt, director del Departamento Correccional de Idaho, dijo en una conferencia de prensa en Boise, que los funcionarios aún no tienen un nuevo plan.
Doug Walker, hermano de Daniel Walker, el joven de 21 años asesinado a tiros en la autopista 40, al oeste de Needles, el 1 de octubre de 1974, recibió la noticia sin dar mucha importancia. Dijo que hace tiempo que procesó la muerte de su hermano.
“Todas las personas en mi vida estaban en la cuenta regresiva, pero yo no”, dijo Walker en una entrevista desde su casa cerca de Missoula, Montana. “Ha pasado tanto tiempo, 49 años. Lo sacaste de tu mente. Thomas Creech no cambia nada” expresó.
Daniel Walker aparece en un patio de recreo en una foto sin fecha. Daniel, de 21 años, fue asesinado a tiros el 1 de octubre de 1974, a lo largo de la autopista 40 en el desierto del condado de San Bernardino.
El asesino en serie condenado en Idaho, Thomas Eugene Creech, fue nombrado sospechoso por el Departamento del Sheriff el 24 de enero de 2024, pero no extraditó ni acusó a Creech.
Este criminal fue declarado culpable de matar a cinco personas (tres en Idaho, una en Oregón y una en California) y dijo que asesinó a 42, una afirmación que sus abogados dijeron que no creen.
No pudieron inyectar el coctel letal
El martes por la noche, en la Institución de Máxima Seguridad de Idaho en Kuna, Creech recibió una última cena. Pidió pollo frito, puré de papas con salsa gravy, maíz, panecillos y helado de nuez y mantequilla, informó el Idaho Statesman.
El miércoles por la mañana, alrededor de dos docenas de manifestantes contra la pena capital se manifestaron frente a la prisión.
En el interior, llevaron a Creech en una camilla a la cámara de ejecución y lo ataron a una cama acolchada.
Los trabajadores médicos identificaron ocho lugares en sus brazos y piernas donde podían acceder a una vena, pero cada intento fracasó.
“Lo que encontraron en algunos casos fue un problema de acceso. Pero en otros casos en los que pudieron establecer el acceso, fue un problema de calidad de la vena que les hizo no confiar” explicó.
La ley de Idaho prohíbe las ejecuciones con gas nitrógeno, como emplearon los funcionarios de Alabama en enero. Pero, la ley de Idaho permite que un pelotón de fusilamiento lleve a cabo ejecuciones; no obstante, el funcionario señaló que no poseen instalaciones para ello
Fuente: 2001