INTERNACIONALES

Falsa cirujana inyectaba cemento en los glúteos de sus pacientes

Oneal Ron Morris, conocida como “La Duquesa”, migró de Cuba para instalarse en Miami, Estados Unidos, y convertirse en una mujer. En tal proceso, desarrolló una obsesión por las cirugías estéticas que la llevó a fingir ser médica y cobrar por inyectar cemento en el cuerpo de otras mujeres.

A partir del 2010, la mujer supo ver una tendencia que se repetía a la vista: la moda de tener los glúteos pronunciados gracias a las intervenciones con silicona. Eso la llevó a generar su propia fórmula de éxito y cobrar 700 dólares por cirugía. La promesa era un resultado increíble.

Su modus operandi era sencillo: Morris se trasladaba hasta las casas de sus pacientes o las operaba en una habitación de hotel. El detalle era el alarmante ingrediente que contenían sus inyecciones: una mezcla de cemento, pegamento para neumáticos, silicona y parafina.

Los resultados eran inmediatos por lo que sus pacientes se asombraban con lo bien que lucían por tan poco dinero, ya que estaban desesperadas por alcanzar una belleza utópica.

La misma mujer se inyectaba su propia receta y también veía que funcionaba. Sin embargo, en el 2011, muchas pacientes comenzaron a denunciarla públicamente por los dolores que estaban sufriendo y las malformaciones que sus cuerpos empezaban a manifestar.

En un breve lapso de tiempo, los síntomas empeoraron y muchas de las chicas atendidas por la farsante tuvieron infecciones graves. Incluso una de ellas, identificada como Shatarka Nuby, de 30 años, murió a causa de las inyecciones.

En noviembre del mismo año, una denunciante la llamó “Doctora Cemento”, como fue reconocida en los medios a nivel internacional. En el 2013, luego de una acusación formal por parte de la familia de Nuby, fue detenida en Miami y sometida a un largo juicio.

En la audiencia, la madre de la víctima, Kisha Jones, declaró: “Usted nos dio su palabra de que los productos que estaba usando eran productos A-1. Y descubrí que no lo eran. Tal vez al principio, pero la codicia realmente se hizo cargo, porque se estaba quedando con el dinero de cada víctima”.

Cuatro años después, fue sentenciada a diez años de prisión por homicidio culposo y por practicar cirugías sin licencia, y a cinco adicionales de probatoria por un tribunal del condado de Broward en Florida.

El medio Miami Herald informó que el prontuario de Morris contenía documentos falsos, cheques sin fondo y robos en algunos condados de la zona. Actualmente cumple con su condena en una cárcel de hombres.

Fuente: TN