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Productor andino: «No solo botamos zanahorias, sino el trabajo de meses»

El productor de Pueblo Llano, estado Mérida, Ysnet Rodríguez, fue detenido la noche del 18 de junio luego de la investigación solicitada por el fiscal de la administración chavista, Tarek William Saab. Su aprehensión desató indignación y rabia entre los demás agricultores, quienes también padecen la escasez de gasolina.

Un productor merideño contó vía telefónica a El Pitazo que esta situación los tiene “preocupados, tristes y frustrados”, porque la realidad de los campos venezolanos es precaria, lejos de lucrativa. Por seguridad prefirió reservar su identidad.

“Para que un campesino de Pueblo Llano pueda echar gasolina tiene que esperar hasta un mes, no hay combustible. Entonces se intenta retrasar la salida de las cosechas, pero comienzan a dañarse. Les damos a las vacas, caballos, bueyes, pero sacamos hasta 3.000 kilos, es insostenible vivir solo de zanahorias, tomates, cilantro o cualquier rubro. Si son 100 agricultores sacando lo mismo cada semana, ¿a quién se le da? Imposible”, explicó el hombre.

Además del retraso en el despacho de combustible, solo les abastecen 40 o máximo 60 litros, que, asegura, es insuficiente para viajar hasta otras ciudades. También deben usarlo para las máquinas fumigadoras, que garantizan que no haya plaga en las cosechas. No ha existido ningún mecanismo para que puedan exponer esta crisis a las autoridades.

Sin soluciones

Teme que la detención de un colega del campo pueda conllevar a otras detenciones. Considera que esta medida no solventará la crisis por gasolina de los Andes venezolanos, sino que, al contrario, solo hará que la gente no se entere del problema.

“No es que van a dejar de botar las toneladas perdidas, es que simplemente no lo van a grabar y con ello será como si no pasara nada. La gente se dará cuenta de la escasez de productos cuando ni campesinos ni ferieros logren llevar los alimentos a los mercados del centro del país. El problema no es botarlos, el problema es que no hay gasolina”, detalló.

Donar los alimentos resulta imposible para ellos. En el pueblo todos se dedican a la agricultura y garantizan los productos a los centros educativos, policiales y asistenciales más cercanos, pero por la misma falta de gasolina no es viable pensar en trasladarlos a hospitales, ancianatos u otros sitios con grandes necesidades.

Pueblo Llano, por ejemplo, queda a unas tres horas de distancia de la capital merideña. Carache, en el estado Trujillo, también está a más de tres horas de Valera o la capital. Los agricultores no pueden llevar los alimentos, ni los ciudadanos viajar a buscarlos. Todos padecen la misma escasez.

El hombre consultado especificó que actualmente el problema no se notará, pero aunque muchos volvieron a sembrar parte de su cosecha, otros no lo hicieron por no tener las condiciones y haber perdido dinero en la primera. En los próximos meses podría registrarse la escasez de algunos alimentos que dejarán de sembrarse.

“Aquí el problema no es quien bota los alimentos sino quien no garantiza gasolina, fertilizantes, semillas, permite el contrabando, las alcabalas y el cobro a los ferieros, ese es el verdadero problema. Botar las cosechas nos duele, no es un complot ni un boicot, es una medida drástica. No solo botamos zanahorias, fresas, tomates, cambures, sino el trabajo de meses, el sustento de nuestras familias, la esperanza de vivir dignamente y el tiempo invertido”, detalló.

El fiscal Tarek William Saab publicó que también serán investigados otros dos productores por aparecer en videos desechando los productos que no lograron mover de sus pueblos.

Fuente: El Pitazo