Mujer tiene una aguja con hilo en su vientre y desde hace 10 años espera cirugía
En junio próximo, María Aderlinda Forero Vargas cumplirá 11 años con punzadas intensas en su vientre. Son dolores tan fuertes que en innumerables noches hasta le han quitado el sueño.
María Aderlinda ha pasado alrededor de 4.000 días de sus 39 años de vida con un intenso dolor por cuenta de la aguja e hilo que accidentalmente quedaron alojados en su vientre tras una cirugía de ligadura de trompas.
El padecimiento de esta ama de casa que habita en la vereda San Isidro, en zona rural de El Retorno, Guaviare, comenzó el día posterior al nacimiento del último de sus cuatro hijos.
Fue el 18 de junio del 2012. Ese día decidió realizarse el procedimiento necesario para no tener más hijos.
La cirugía se realizó en San José del Guaviare y no hubo ninguna complicación. María se dedicó a su recuperación y al cuidado de su pequeña hija.
“Varios días después me empezaron estos dolores –cuenta la mujer–. No cesaban, entonces empecé a pedir citas y cada vez que iba me mandaban a tomar Acetaminofén y listo”
Desplazarse desde su finca hasta San José del Guaviare le puede tomar hasta dos horas. Su esposo la transporta en moto, pero a veces las lluvias impedían que pudiera llegar.
“Yo dejé pasar las cosas porque con las pastas calmaba los dolores –explica María–. No tenía tiempo para estar yendo y viniendo, y menos los recursos. Pero los dolores siguieron, entonces regresé”.
Para calmar el dolor ahora utiliza meloxicam, unas tabletas más fuertes y costosas que le ayudan a sentirse un poco mejor.
En noviembre del 2022, luego de una resonancia y una ecografía, esta ama de casa recibió la noticia de que en su vientre se alojan los dos elementos: aguja e hilo.
“Paciente de 39 años con cuadro de dolor abdominal, de predomino en abdomen inferior (…) desde hace casi 10 años, posterior a la realización de Pomeroy…”, se lee en el documento entregado tras procedimiento realizado en el Hospital San José del Guaviare con la Nueva EPS.
En la actualidad, María Aderlinda se encuentra a la espera de la valoración que se realizará con el cirujano el próximo 12 de mayo. Desea que sea el último paso para poder quitarse ese dolor que durante 4.000 días la han molestado.
“No he podido poner una tutela porque me dicen que como ya me van a hacer la valorización, entonces no hay algo que reclamar –explica–. Yo mientras tanto espero que me puedan ayudar a calmar estos dolores de una vez por todas”.
Fuente: El Tiempo