INTERNACIONALES

Venezolano expulsado de EE. UU.: «México ha sido la peor travesía»

Algunos venezolanos han quedado varados en México luego de que Estados Unidos anunciara que expulsará de forma inmediata a quienes crucen la frontera de manera irregular, quitándoles la posibilidad de pedir asilo. El venezolano Raúl se encuentra en Sonora sin poder sustentarse, luego de haber sido expulsado por las autoridades estadounidenses.

Raúl, nombre provisional para proteger al entrevistado, comentó a El Pitazo que comenzó su travesía, junto a su familia, el 18 de septiembre de 2022 desde Perú. Como muchos otros migrantes, decidieron ir a Colombia para atravesar la selva del Darién y luego recorrer Centroamérica para llegar a Estados Unidos.

«México ha sido la peor travesía, tanto para mí como para mi familia», dijo el venezolano. Cuenta que desde que llegaron a territorio mexicano se encontraron con muchas dificultades para poder llegar a la frontera con Estados Unidos.

«Nos trasladamos desde San Pedro hacia Ciudad de México y ahí Migración nos bajó del autobús. A mi papá, mi madrastra, mis tres hermanitos y a mí nos separaron de mi hermana y de mi cuñado. Estuvimos detenidos dos días, pero mi hermana sí estuvo seis días», dijo el venezolano.

Desde que fueron detenidos por Migración no se han reunido con su hermana y su cuñado, pero se mantienen en contacto. «A ellos los soltaron en Guajaca y a nosotros nos dejaron cerca de Puebla y decidimos volver a Ciudad de México para tomar camino hacia Mexicali«.

Raúl expone que el traslado entre las diversas zonas de México ha sido muy complicado debido a que hay grupos irregulares secuestrando y extorsionando a migrantes de todas las nacionalidades. «En Mexicali se montaron los integrantes de un cártel y secuestraron a todos los dominicanos, gracias a Dios a nosotros no nos hicieron nada», dijo.

Raúl llegó con su familia a Los Algodones, una zona ubicada al noroeste de México donde lograron cruzar a Estados Unidos y fueron detenidos por funcionarios de la guardia fronteriza. «Cuando cruzamos, mis hermanitos lloraban de la alegría, pero luego no los vi más. Me separaron de todos ellos».

Una nueva oportunidad

El venezolano cuenta que tras llevárselo detenido le colocaron la vacuna del COVID-19 y le informaron que a él y a otro grupo de venezolanos que también había sido detenidos, los dejarían permanecer en el país norteamericano. Sin embargo, luego los hicieron abordar un autobús que los trasladó a Sonora, México. Habían sido expulsados.

«Nos llevaron a una cárcel horrible, sin comida y pasando frío. Luego nos montaron en un autobús que nos dejó en Sonora. Solo estuve un día en Estados Unidos», contó Raúl.

Actualmente, Raúl se encuentra refugiado en una iglesia de Sonora, donde colabora preparando las comidas a cambio de que lo dejen hospedarse. Por los momentos no ha intentado buscar otra vía para cruzar, pero está a la espera de que surja una nueva oportunidad para llegar a territorio estadounidense.

El Gobierno de Estados Unidos implementó el Programa para venezolanos, con el que se permitía expulsar, bajo el Título 42, a los migrantes de esta nacionalidad que ingresaran por la frontera y otorgaba 24.000 residencias por 2 años a quienes cumplieran una serie de requisitos.

Sin embargo, un juez federal decidió anular la vigencia del título 42, otorgándole al Gobierno estadounidense un periodo de cinco semanas, hasta el 21 de diciembre, antes de que se suspenda la medida y pueda prepararse ante la posible llegada de migrantes que buscan solicitar asilo.

Temor de ir a la frontera

Por su parte, Karla, la hermana de Raúl, cuenta a El Pitazo que su padre, madrastra y sus hermanos pequeños sí pudieron quedarse en Estados Unidos, debido a que uno de los niños es de nacionalidad peruana. «El trato con México es regresar a los venezolanos, al niño no lo pueden enviar a Perú y no pueden separar familias, así que los dejaron quedarse en Estados Unidos», cuenta la venezolana.

Luego de que Karla y su pareja fueron liberados, llegaron nuevamente a Ciudad de México y han decidido quedarse allí debido al temor de ser secuestrados por grupos irregulares que captan migrantes. «Nos da miedo ir solos a la frontera porque los cárteles están secuestrando a muchas personas; la verdad ya no sabemos qué hacer», dijo.

La venezolana y su pareja llevan tres semanas en Ciudad de México. Durante ese tiempo han agotado sus recursos económicos, por lo que se han visto obligados a dormir en las calles y saltarse las comidas. «Mi familia nos ha enviado dinero y hemos podido dormir en algunos hoteles, pero es costoso», dijo.

Karla asegura que su hermano le ha dicho que se traslade hasta Sonora, donde pueden esperar una oportunidad para cruzar hacia Estados Unidos, pero expone que el miedo no la deja avanzar.

«Ha sido muy difícil llegar hasta aquí y la verdad irme a Venezuela no es una opción. No tengo casa, no tenemos ropa, ni dinero. Regresar allá sin nada, después de cinco años afuera y después de perder todo lo que teníamos en Perú no sería justo», expuso.

Fuente: El Pitazo