Viuda usa el esperma de su difunto esposo, quien murió de un cáncer raro, para tener un bebé
Fabi Powell soñaba con ser madre desde que era una niña. Cuando conoció a Josh en un bar de Nashville en 2014, mientras visitaba California, no podía creer su conexión. Sentía que su objetivo de encontrar el amor y formar una familia se estaba haciendo realidad.
Dos meses después de su relación, Josh recibió un diagnóstico devastador: tenía el raro cáncer sinovial sarcoma y pronto los médicos dijeron que sería intratable. Falleció dos años después.
Pero Powell se negó a permitir que el diagnóstico de cáncer de Josh terminara con los planes que había hecho con el hombre que amaba. Se casaron en 2016. Ahora Powell planea honrar a Josh póstumamente, usando su esperma congelado para tener un bebé a través de la FIV.
Powell compartió los detalles de su historia de amor y cómo planea continuar con la memoria de Josh durante un episodio del 20 de octubre del podcast Pregnantish. Dado que Josh congeló su esperma durante los tratamientos de quimioterapia y radiación, que pueden afectar la fertilidad de una persona, decidieron que Powell podía usarlos para tener un bebé, incluso si ya no estaba físicamente.
Powell tardó 4 años después de la muerte de Josh en decidir si quería usar su esperma
Un mes después de que Josh le propusiera matrimonio a Powell, se enteraron de que el cáncer se había extendido a sus pulmones. Aplazaron el día de su boda de mayo de 2017 a noviembre de 2016, sabiendo que las opciones de tratamiento serían escasas.
Justo antes de su boda, hablaron sobre el destino del esperma congelado de Josh. Le dijo a Powell, que tenía 27 años en ese momento, que pensaba que ella sería una madre increíble y que una pequeña parte de él podría vivir en su futuro hijo. En su testamento, Josh escribió que Powell obtendría su esperma en caso de que algo le sucediera.
“Me confió ese papel y me dio su bendición antes de dejar esta tierra”, dijo Powell. Pero después de la muerte de Josh, quería estar segura de que estaba tomando la decisión correcta, por lo que tardó cuatro años en decidirse a probar la FIV.
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