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El paramédico que estaba en una ambulancia y le tocó ir a su propia casa: su hijo de 12 años se moría

En 15 años de trabajo a bordo de una ambulancia, nunca esperó recibir aquella llamada de emergencia. Para él, atender las urgencias médicas de los ciudadanos formaba parte de su labor diaria. Pero esta vez se trataba de algo diferente: el pedido de auxilio provenía de su vivienda.

Un paramédico de Australia se enteró por los operadores del servicio de salud que debía ir a su propia casa: tenía que intentar salvar a su hijo adolescente, sin signos vitales. Desafortunadamente, el joven terminó perdiendo la vida.

Troy Heise reside en Hervey Bay, en el este del país oceánico. Una noche, a principios de 2021, el hombre se encontraba trabajando en su ciudad cuando le advirtieron que había alguien en peligro: la dirección que le asignaron, donde estaba obligado a acudir con la ambulancia, era su hogar.

Minutos atrás, había sido su esposa Sarah quien marcó el número de emergencias. Lo hizo luego de hallar a su hijo Flynn, de 12 años, tirado e inconsciente en el piso del baño. “No imaginé que mi esposo sería el encargado de venir, en aquel instante ni siquiera se me cruzó el hecho de que él estuviese en medio de su jornada”, declaró la mujer este año al programa de TV local The Project, del canal Network 10.

Troy, quien en ese entonces se dirigía a toda prisa, aún no sabía que su hijo era el paciente. “En el fondo de tu mente, tu cerebro está diciendo: ‘Esto no es real, esto no es real. Esa no puede ser mi casa, ¿por qué pasaría algo malo en mi casa?’”, pensaba el paramédico mientras viajaba hasta allí, de acuerdo a su conversación con The Project.

Una vez que llegó a su propiedad, vio a Flynn tendido en el suelo y no lo pudo procesar. De todas maneras, enseguida se dispuso a asistirlo. Tras practicarle maniobras de reanimación, el paramédico se dio cuenta de que no estaba emocionalmente estable como para continuar con la tarea. Y le pidió a su colegas que lo relevaran.

“Quería ayudar de la mejor manera posible. Pero cuando se trata de tu propio hijo, estás emocionalmente apegado. Tienes miedo, estás enojado, preocupado. No pude seguir… Realmente no pude”, manifestó el ciudadano australiano.

Sarah le solicitó a su marido que, mientras los médicos trataban de salvar al joven, él se quedara aferrada a ella haciéndole compañía. “Necesito que cambies tu rol de paramédico y pases a ser mi esposo ahora (para contenerla ante esa situación delicada). No puedes ser un paramédico ahora, te necesito”, le dijo.

Al cabo de 30 minutos, en los cuales sus colegas trataron de resucitarlo, Troy empezó a pensar en la posibilidad de que Flynn no sobreviviera. En un momento, los profesionales de la salud consiguieron que su corazón volviera a la latir y a continuación lo trasladaron al hospital. Sin embargo, tres días después, falleció internado.

Según informó The Project, Troy y su familia creen que a Flynn él se le enredó la manguera metálica flexible de la ducha en su cuello mientras jugaba en la bañadera. El adolescente, frente a esta situación, pudo haber entrado en pánico -sin posibilidad alguna de reaccionar- y haber resbalado.

En ese momento, Sarah -quien estaba en la casa- se preocupó al notar que el joven llevaba más de 20 minutos en el baño, más tiempo de lo habitual para él. Por lo tanto, la mujer abrió la puerta y lo encontró inconsciente. “Mi mundo se derrumbó. Resultó muy duro que me llamaran de emergencias por algo tan traumático”, expresó Troy.

La familia de Flynn aceptó donar los órganos del chico para salvar otras vidas. La hermana mayor del adolescente, Morgan, de 19 años, fue quien convenció a todos de tomar la decisión. “Recuerdo estar sentada en el hospital y decirle a mi mamá: ‘Imagínate a esa familia, imagínate esa llamada por el órgano que esperan’”, aseveró la joven.

“No fue una decisión fácil. Pero mi hijo salvó vidas, y aunque no está aquí, está aquí de todas formas. Soy un padre orgulloso”, comentó al respecto Troy, quien hace un meses retornó a su trabajo.

Fuente: Clarín