Las infecciones y muertes por superbacterias resistentes a los antibióticos aumentaron durante la pandemia en EE.UU.
El número de los casos de las infecciones bacterianas y fúngicas que sobreviven después del tratamiento antibiótico ha aumentado en un 15% en los hospitales estadounidenses en 2020, por lo que son cada vez más las personas que mueren a causa de estas enfermedades, según el recién informe de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. Por ejemplo, en comparación con el año 2019, la cantidad de los pacientes infectados por ‘Acinetobacter baumanii’, un grupo de bacterias responsables de infecciones de sangre y neumonía, ha crecido en un 78 %, y el número de casos de ‘Candida auris’, un hongo capaz de provocar consecuencias en el organismo, aumentó en un 60 %.
Esta tendencia creciente, que afecta algunas de las demás bacterias, ha puesto en peligro varios logros adquiridos por los científicos antes de la pandemia.
La resistencia a los medicamentos surge cuando los organismos cambian y crean una inmunidad. Estos usan los genes necesarios para su desarrollo de otros agentes patógenos y modifican su estructura inesperadamente.
Debido a su amenaza creciente, la resistencia a los antibióticos se ha incluido en la lista de las diez amenazas más graves para los seres humanos de la Organización Mundial de la Salud. Los organismos resistentes a los antibióticos infectan más de 3 millones de estadounidenses cada año y matan a más de 50.000 personas.
Uno de los científicos encargados del informe, Arjun Srinivasan, el director adjunto para el mejoramiento del programa, ha expresado que el informe es «preocupante en dos niveles», recoge NBC. El primero es el número creciente de las infecciones, y el segundo es que hay unos organismos no explorados, y los científicos aún no pueden obtener el volumen de información necesario para actuar y crear el medicamento apropiado.
Los académicos dicen que es posible frenar el fortalecimiento futuro de ese fenómeno mediante varias maneras. Como opción, plantean la reducción del uso de los antibióticos en casos cuando los enfermos puedan mejorarse por su cuenta o por el control de las instalaciones sanitarias. Esto disminuye las oportunidades de los agentes patógenos de infectar a más personas y reforzar su protección. Pero, durante las situaciones de emergencia, como pandemias inesperadas, es difícil seguir el procedimiento estándar, y por eso la frecuencia de utilización de los antibióticos aumenta, por lo que los sistemas inmunes de muchas personas están comprometidos.
Fuente: RT